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LIAM F1: pequeño aerogenerador urbano que puede hacer a los hogares energéticamente autónomos
Foto: www.michelvannederveen.nl
Diseñada por “The Archimedes”, una compañía holandesa de investigación y desarrollo, LIAM F1 UWT es una nueva generación de turbinas eólicas para uso doméstico que produce mucha más energía que las actuales y apenas generan ruido. Una nueva evolución dentro del mundo de las energías renovables.
Creado para instalarse en los tejados de los edificios, con un diámetro de 1,5 metros y un peso que no llega a los 100 kilos. Genera una media de 1.500 kilovatios por hora de energía con una velocidad de viento de 5 m/s.
El diseño se basa en un rotor que captura la energía cinética del viento para convertirla en energía mecánica. Debido a su forma de tornillo, la Liam apuntará automáticamente a la posición óptima del viento, al igual que un banderín y por lo tanto tendrá un rendimiento máximo.
Las hojas del rotor se fabrican a partir de hojas planas, produciendo poco ruido (<45dB), y tanto en las simulaciones por ordenador, como en el túnel de viento, se ha medido una eficiencia del 52%, con un pico máximo del 59%. Pero a pesar del rozamiento de los cojinetes y la obstrucción de su marco, este rotor puede extraer el 88% de la energía del viento.
Con este tipo de turbinas eólicas se puede alcanzar una producción anual de entre 300 y 2.500 kilovatios, más o menos la mitad de la energía que consume una casa promedio, dependiendo por supuesto de la velocidad del viento y la altura a la que esté colocada. Combinada con paneles solares FV, un hogar puede cubrir todas sus necesidades energéticas, especialmente combinada con nuevos sistemas de almacenamiento de energía que podrían llegar pronto al mercado.
El ingeniero Richard Ruijtenbeek de The Arquímedes explica que “cuando hay viento se utiliza la energía producida por la turbina y cuando hay sol se utilizan las células solares para producir la energía“.
La automatización de los contadores de la luz, con la controvertida instalación de los nuevos equipos de telemedida (ya veremos quién acaba pagando eso), abre la puerta a un nuevo episodio de sospecha y desconfianza que a mí, al menos, no me deja del todo tranquilo.
Con los anteriores aparatos, los contadores de toda la vida, ya existía un margen de error en la medida del 2%. Ese margen se calculaba tan descaradamente a factor de las industrias eléctricas que los grandes consumidores preferían comprar su propio contador para evitar la jugada. Lo explico, porque he conocido algún caso:
En teoría, ningún aparato es perfecto, así que el legislador admitía allá por los años treinta y cuarenta que los contadores tuvieran un error del 2%. Pero cuando se trata de cosas que miden dinero, y mucho dinero además, la tecnología avanzó a velocidad de vértigo, y los fabricantes pudieron fabricar muy pronto contadores con un error ínfimo, muy inferior al o,o5%. Las eléctricas, que eran el principal cliente de los fabricantes de contadores de la luz, comenzaron entonces a exigir que contabilizasen alrededor del 1,7% de más. Siempre. Sistemáticamente. El 1,7 % de facturacion mensual en todo un país es una pasta… ¿Y qué ocurrió? que los grandes consumidores, amparándose en la ley del franquismo que permitía instalar tu propio contador siempre que estuviera homologado, hicieron la jugada contraria: instalar contadores propios que contabilizasen alrededor del 1,7% de menos. Con eso se ahorraban el 3,4 %, más impuestos. (1,7 que pongo de menos, sumado a 1,7 que no me pones de más) Un buen pellizco.
¿Y qué pasa ahora? Pues ahora resulta que, con semejantes antecedentes, las compañías vienen a instalar unos aparatos que se controlan electrónicamente y que no podemos jurar, nunca podremos, que no pueden recibir toda clase de instrucciones vía software. ¿De veras se limitan a contar el consumo y enviar el dato?, ¿de veras no pueden recibir toda clase de ordenes por vía telemática?, ¿de veras podemos asegurar que esos aparatos no van a hacer pequeñas jugarretas, siempre a favor de sus dueños y siempre en contra nuestra?
Todos sabemos lo que se puede hacer con el software. Más nos vale, en según qué casos, poner otro contador al lado para verificar el cálculo. Y no es que desconfíe. Qué va… No es eso…
Fte: www.fraudefiscal.es
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Antes que nada aclarar que mofificar un contador digital por sotware es ilegal y nadie debería de acerlo.
La automatización de los contadores de la luz, con la controvertida instalación de los nuevos equipos de telemedida (ya veremos quién acaba pagando eso), abre la puerta a un nuevo episodio de sospecha y desconfianza que a mí, al menos, no me deja del todo tranquilo.
Con los anteriores aparatos, los contadores de toda la vida, ya existía un margen de error en la medida del 2%. Ese margen se calculaba tan descaradamente a factor de las industrias eléctricas que los grandes consumidores preferían comprar su propio contador para evitar la jugada. Lo explico, porque he conocido algún caso:
En teoría, ningún aparato es perfecto, así que el legislador admitía allá por los años treinta y cuarenta que los contadores tuvieran un error del 2%. Pero cuando se trata de cosas que miden dinero, y mucho dinero además, la tecnología avanzó a velocidad de vértigo, y los fabricantes pudieron fabricar muy pronto contadores con un error ínfimo, muy inferior al o,o5%. Las eléctricas, que eran el principal cliente de los fabricantes de contadores de la luz, comenzaron entonces a exigir que contabilizasen alrededor del 1,7% de más. Siempre. Sistemáticamente. El 1,7 % de facturacion mensual en todo un país es una pasta… ¿Y qué ocurrió? que los grandes consumidores, amparándose en la ley del franquismo que permitía instalar tu propio contador siempre que estuviera homologado, hicieron la jugada contraria: instalar contadores propios que contabilizasen alrededor del 1,7% de menos. Con eso se ahorraban el 3,4 %, más impuestos. (1,7 que pongo de menos, sumado a 1,7 que no me pones de más) Un buen pellizco.
¿Y qué pasa ahora? Pues ahora resulta que, con semejantes antecedentes, las compañías vienen a instalar unos aparatos que se controlan electrónicamente y que no podemos jurar, nunca podremos, que no pueden recibir toda clase de instrucciones vía software. ¿De veras se limitan a contar el consumo y enviar el dato?, ¿de veras no pueden recibir toda clase de ordenes por vía telemática?, ¿de veras podemos asegurar que esos aparatos no van a hacer pequeñas jugarretas, siempre a favor de sus dueños y siempre en contra nuestra?
Todos sabemos lo que se puede hacer con el software. Más nos vale, en según qué casos, poner otro contador al lado para verificar el cálculo. Y no es que desconfíe. Qué va… No es eso…
Fte: www.fraudefiscal.es
Antes que nada aclarar que mofificar un contador digital por sotware es ilegal y nadie debería de acerlo.
La automatización de los contadores de la luz, con la controvertida instalación de los nuevos equipos de telemedida (ya veremos quién acaba pagando eso), abre la puerta a un nuevo episodio de sospecha y desconfianza que a mí, al menos, no me deja del todo tranquilo.
Con los anteriores aparatos, los contadores de toda la vida, ya existía un margen de error en la medida del 2%. Ese margen se calculaba tan descaradamente a factor de las industrias eléctricas que los grandes consumidores preferían comprar su propio contador para evitar la jugada. Lo explico, porque he conocido algún caso:
En teoría, ningún aparato es perfecto, así que el legislador admitía allá por los años treinta y cuarenta que los contadores tuvieran un error del 2%. Pero cuando se trata de cosas que miden dinero, y mucho dinero además, la tecnología avanzó a velocidad de vértigo, y los fabricantes pudieron fabricar muy pronto contadores con un error ínfimo, muy inferior al o,o5%. Las eléctricas, que eran el principal cliente de los fabricantes de contadores de la luz, comenzaron entonces a exigir que contabilizasen alrededor del 1,7% de más. Siempre. Sistemáticamente. El 1,7 % de facturacion mensual en todo un país es una pasta… ¿Y qué ocurrió? que los grandes consumidores, amparándose en la ley del franquismo que permitía instalar tu propio contador siempre que estuviera homologado, hicieron la jugada contraria: instalar contadores propios que contabilizasen alrededor del 1,7% de menos. Con eso se ahorraban el 3,4 %, más impuestos. (1,7 que pongo de menos, sumado a 1,7 que no me pones de más) Un buen pellizco.
¿Y qué pasa ahora? Pues ahora resulta que, con semejantes antecedentes, las compañías vienen a instalar unos aparatos que se controlan electrónicamente y que no podemos jurar, nunca podremos, que no pueden recibir toda clase de instrucciones vía software. ¿De veras se limitan a contar el consumo y enviar el dato?, ¿de veras no pueden recibir toda clase de ordenes por vía telemática?, ¿de veras podemos asegurar que esos aparatos no van a hacer pequeñas jugarretas, siempre a favor de sus dueños y siempre en contra nuestra?
Todos sabemos lo que se puede hacer con el software. Más nos vale, en según qué casos, poner otro contador al lado para verificar el cálculo. Y no es que desconfíe. Qué va… No es eso…
Fte: www.fraudefiscal.es
España 'tira a la basura' un 8% de su energía eólica,Empresas Sector Energía. Expansión.com
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