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Power to Gas: 'reciclaje' energético con sello español

Este proyecto aragonés, con una técnica única en el mundo, puede fabricar gas sintético no contaminante (similar al gas natural) utilizando CO2 y excedentes eléctricos procedentes de las renovables.
Los defensores de las renovables estarán de acuerdo en que, a pesar de sus muchas ventajas, tienen un punto flaco difícil de salvar: su intermitencia. A veces el viento y el sol no producen recursos suficientes y otras deciden regalarnos buenas dosis de energía que, incluso, sobrepasan las necesidades de consumo de la población.
En nuestro país, aunque Red Eléctrica Española es un operador pionero en cuanto a la gestión de un sistema con una gran penetración de energías renovables, cuando la presencia de éstas aumenta se genera un excedente energético que, al no poder vertirse de nuevo a la red eléctrica, tiende a desaprovecharse.
Existen soluciones para evitarlo como las baterías (al estilo de la de Tesla) que almacenan lo que sobra para que el usuario pueda utilizarlo en otro momento, líneas de alta tensión que conectan puntos de alta oferta con los de alta demanda de energía o las centrales hidráulicas de bombeo reversible.
¿Pero y si se transformase este exceso en una nueva fuente 100% limpia, capaz de ser transportada a cualquier lugar y que, además, favoreciera el autoconsumo? Ahí es donde entra en el juego Power to gas hibridado con oxicombustión, una iniciativa española única en el mundo que combina hidrógeno y CO2 para transformar la energía eléctrica que no se consume en gas sintético sin emisiones nocivas.
'Made in Spain'
Este proyecto "nació con el interés de convertir la región pirenaica en un entorno más sostenible y ayudar a que su entramado turístico y empresarial sea más respetuoso con el medioambiente", explica el Dr. Luis M. Romeo, director del Área de Reducción de Emisiones de CIRCE (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos).
Además de CIRCE, en Power to gas colaboran mano a mano la Fundación para el Desarrollo de las Nuevas Tecnologías del Hidrógeno en Aragón y el Cluster de Turismo de Montaña; asimismo, cuenta con el respaldo económico del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
Se trata de una iniciativa única en España, si bien en Europa otras empresas y organizaciones están desarrollando sus propios proyectos a mayor o menor escala como el Audi e-gas Project (en Werlte, Alemania y el mayor de este tipo) o el MeGa-stoRE (Midtjylland, Dinamarca).
Revalorización
La principal característica de Power to gas es que genera valor a partir de algo que no lo tiene. Transforma los excedentes eléctricos en una fuente que no sólo puede utilizarse como el gas natural convencional, sino que también podría emplearse como combustible en el sector transporte.
Ahora bien, el punto débil de este tipo de energía es que aún no está lo suficientemente desarrollada como para poder hablar de una comercialización y, por tanto," a corto plazo no se puede plantear como una opción viable económicamente", explica Manuel Bailera, investigador de CIRCE.
Si finalmente pudiera generalizarse su uso, este tipo de fabricación energética reduciría la dependencia que la mayoría de los países tiene respecto a los exportadores de combustibles fósiles. A pequeña escala, este sistema potencia el autoconsumo y podría llegar a ser capaz de autoabastecer pequeñas regiones, como ésta del Pirineo aragonés.
Proceso
La 'receta' de este gas sintético no contaminante requiere la presencia de tres ingredientes: excedente eléctrico procedente de un sistema en el que haya una penetración de, al menos, un 60% de energías renovables; hidrógeno (que se obtiene gracias a la electrolisis que divide el agua en sus dos componentes: hidrógeno y oxígeno) y CO2 (ya presente en la atmósfera).
"El exceso eléctrico es convertido y almacenado en forma de hidrógeno (...) que combinado con el dióxido de carbono, se transforma en metano mediante la reacción de Sabatier", explica Bailera.
El dióxido de carbono necesario puede obtenerse a través de varios métodos: mediante postcombustión (en la que se 'limpiarían' las emisiones contaminantes de procesos industriales), utilizando biogás o, y esta es la apuesta que hace único a este proyecto, a través de la oxicombustión.
Esta técnica consiste en "la combustión de un combustible en una atmósfera compuesta de CO2 y O2 de forma que la composición de los gases de chimenea es mayoritariamente dióxido de carbono", explica Bailera. Así se pretende que el sistema sea lo más autosuficiente posible, eliminando la necesidad de capturar y separar externamente el CO2.
Syngas
El gas resultante (denominado SNG, Synthetic Natural Gas o, simplemente, syngas) únicamente se diferencia del natural en que su "ciclo de emisiones de carbono es mucho más respetuoso con el medioambiente (...) por lo demás, podría inyectarse en la red de gas natural sin problemas", explica Jesús Simón Romeo de la Fundación Hidrógeno Aragón, otra de las empresas implicadas en esta iniciativa.
En cuanto a la potencia que sería capaz de generar, depende de las dimensiones de la instalación. De momento, "sólo hay proyectos demostrativos, los más grandes en Alemania en la escala de 1MW (de potencia de electrólisis)", añade Romeo.
Los investigadores señalan que, aunque el futuro del syngas podría estar en el sector transporte, el autoconsumo es, por ahora, el uso más viable y habitual ya que "por ejemplo, en caso de una empresa que posea sus propios aerogeneradores sería posible fabricar gas sintético empleando dicha electricidad renovable de bajo coste", explica Bailera.
A día de hoy, y por tratarse de un proyecto en desarrollo, el syngas tendría un precio más elevado que el gas natural, sobre todo por la escasez de instalaciones capaces de llevar a cabo todo el proceso necesario y no tanto por la carestía de las materias primas. A juicio de Romeo, "se debería de incentivar su producción por las ventajas que aporta" y no tanto por el precio.
automatización de los contadores de la luz, con la controvertida instalación de los nuevos equipos de telemedida (ya veremos quién acaba pagando eso), abre la puerta a un nuevo episodio de sospecha y desconfianza que a mí, al menos, no me deja del todo tranquilo.
Con los anteriores aparatos, los contadores de toda la vida, ya existía un margen de error en la medida del 2%. Ese margen se calculaba tan descaradamente a factor de las industrias eléctricas que los grandes consumidores preferían comprar su propio contador para evitar la jugada. Lo explico, porque he conocido algún caso:
En teoría, ningún aparato es perfecto, así que el legislador admitía allá por los años treinta y cuarenta que los contadores tuvieran un error del 2%. Pero cuando se trata de cosas que miden dinero, y mucho dinero además, la tecnología avanzó a velocidad de vértigo, y los fabricantes pudieron fabricar muy pronto contadores con un error ínfimo, muy inferior al o,o5%. Las eléctricas, que eran el principal cliente de los fabricantes de contadores de la luz, comenzaron entonces a exigir que contabilizasen alrededor del 1,7% de más. Siempre. Sistemáticamente. El 1,7 % de facturacion mensual en todo un país es una pasta… ¿Y qué ocurrió? que los grandes consumidores, amparándose en la ley del franquismo que permitía instalar tu propio contador siempre que estuviera homologado, hicieron la jugada contraria: instalar contadores propios que contabilizasen alrededor del 1,7% de menos. Con eso se ahorraban el 3,4 %, más impuestos. (1,7 que pongo de menos, sumado a 1,7 que no me pones de más) Un buen pellizco.
¿Y qué pasa ahora? Pues ahora resulta que, con semejantes antecedentes, las compañías vienen a instalar unos aparatos que se controlan electrónicamente y que no podemos jurar, nunca podremos, que no pueden recibir toda clase de instrucciones vía software. ¿De veras se limitan a contar el consumo y enviar el dato?, ¿de veras no pueden recibir toda clase de ordenes por vía telemática?, ¿de veras podemos asegurar que esos aparatos no van a hacer pequeñas jugarretas, siempre a favor de sus dueños y siempre en contra nuestra?
Todos sabemos lo que se puede hacer con el software. Más nos vale, en según qué casos, poner otro contador al lado para verificar el cálculo. Y no es que desconfíe. Qué va… No es eso…
Fte: www.fraudefiscal.es
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Antes que nada aclarar que mofificar un contador digital por sotware es ilegal y nadie debería de acerlo.
La automatización de los contadores de la luz, con la controvertida instalación de los nuevos equipos de telemedida (ya veremos quién acaba pagando eso), abre la puerta a un nuevo episodio de sospecha y desconfianza que a mí, al menos, no me deja del todo tranquilo.
Con los anteriores aparatos, los contadores de toda la vida, ya existía un margen de error en la medida del 2%. Ese margen se calculaba tan descaradamente a factor de las industrias eléctricas que los grandes consumidores preferían comprar su propio contador para evitar la jugada. Lo explico, porque he conocido algún caso:
En teoría, ningún aparato es perfecto, así que el legislador admitía allá por los años treinta y cuarenta que los contadores tuvieran un error del 2%. Pero cuando se trata de cosas que miden dinero, y mucho dinero además, la tecnología avanzó a velocidad de vértigo, y los fabricantes pudieron fabricar muy pronto contadores con un error ínfimo, muy inferior al o,o5%. Las eléctricas, que eran el principal cliente de los fabricantes de contadores de la luz, comenzaron entonces a exigir que contabilizasen alrededor del 1,7% de más. Siempre. Sistemáticamente. El 1,7 % de facturacion mensual en todo un país es una pasta… ¿Y qué ocurrió? que los grandes consumidores, amparándose en la ley del franquismo que permitía instalar tu propio contador siempre que estuviera homologado, hicieron la jugada contraria: instalar contadores propios que contabilizasen alrededor del 1,7% de menos. Con eso se ahorraban el 3,4 %, más impuestos. (1,7 que pongo de menos, sumado a 1,7 que no me pones de más) Un buen pellizco.
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Todos sabemos lo que se puede hacer con el software. Más nos vale, en según qué casos, poner otro contador al lado para verificar el cálculo. Y no es que desconfíe. Qué va… No es eso…
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La automatización de los contadores de la luz, con la controvertida instalación de los nuevos equipos de telemedida (ya veremos quién acaba pagando eso), abre la puerta a un nuevo episodio de sospecha y desconfianza que a mí, al menos, no me deja del todo tranquilo.
Con los anteriores aparatos, los contadores de toda la vida, ya existía un margen de error en la medida del 2%. Ese margen se calculaba tan descaradamente a factor de las industrias eléctricas que los grandes consumidores preferían comprar su propio contador para evitar la jugada. Lo explico, porque he conocido algún caso:
En teoría, ningún aparato es perfecto, así que el legislador admitía allá por los años treinta y cuarenta que los contadores tuvieran un error del 2%. Pero cuando se trata de cosas que miden dinero, y mucho dinero además, la tecnología avanzó a velocidad de vértigo, y los fabricantes pudieron fabricar muy pronto contadores con un error ínfimo, muy inferior al o,o5%. Las eléctricas, que eran el principal cliente de los fabricantes de contadores de la luz, comenzaron entonces a exigir que contabilizasen alrededor del 1,7% de más. Siempre. Sistemáticamente. El 1,7 % de facturacion mensual en todo un país es una pasta… ¿Y qué ocurrió? que los grandes consumidores, amparándose en la ley del franquismo que permitía instalar tu propio contador siempre que estuviera homologado, hicieron la jugada contraria: instalar contadores propios que contabilizasen alrededor del 1,7% de menos. Con eso se ahorraban el 3,4 %, más impuestos. (1,7 que pongo de menos, sumado a 1,7 que no me pones de más) Un buen pellizco.
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España 'tira a la basura' un 8% de su energía eólica,Empresas Sector Energía. Expansión.com
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